El monstruo de la comparación


Cualquier espíritu de comparación impide el florecimiento pleno del individuo, ya sea que se trate de un científico o de un jardinero. La más plena capacidad de un jardinero es igual a la más plena capacidad de un científico, cuando no hay comparación; pero cuando la comparación interviene, surgen el menosprecio y las relaciones envidiosas que crean conflicto entre hombre y hombre. Como sucede con el dolor, el amor no es comparativo; no puede ser comparado con lo más grande o lo más pequeño. El dolor es dolor, como el amor es amor, ya sea que exista en el rico o en el pobre.

Jiddhu Krishnamurti
                                                    Foto de Simon Migaj

Estoy en estos días metida en varios retos que me sacan de mi burbuja de comodidad y una de las cosas que observo en mí misma es que estos retos me llevan a la comparación continua con otros y qué curioso, en esas comparaciones siempre salgo perdiendo. Me veo rodeada de personas gigantes, con brillo, y yo a su lado soy muy pequeñita. Cuando me comparo con otros me sitúo en un lugar de desventaja y entonces veo mi reto como una inmensa montaña. Y claro, el problema no es el reto, ya que, como dice Marta O´Campo, mi maravillosa profe de coaching sistémico, "la dificultad en lograr lo que quiero no está en el objetivo en sí, sino en dónde me coloco con respecto a él".  La comparación me quita energía, me aplasta, me paraliza, me lleva a esconderme. Y si os fijáis, todos comparamos todo el tiempo. De niños nos meten el monstruo de la comparación en la sangre con las espantosas notas del cole, y ahora de adultos nos vemos en la obligación de sacudírnoslo, como si de pulgas se tratara, lo cual hacemos con mucha dificultad. Porque eso de cambiar el marco de actuación y pasar de compararse con otros a compararse solo con uno mismo, es arduo. Pero yo estoy dispuesta a intentarlo. Así que, mi primer reto es pasar a competir solo conmigo misma y a utilizar las expresiones "mejor que" y "peor que" únicamente con respecto a mi Yo de ayer y mi Yo de mañana. Este reto incluye el encontrar mi propia voz, que será distinta de la de esos otros con los que tanto me he comparado. Distinta voz pero igual de válida, como la tuya.

Comentarios

  1. Clementina estoy totalmente de acuerdo que debemos huir de la comparacion que te hace más pequeño, y aceptar que esa persona es mejor porque es diferente a mí y admirarla por ello.
    Eso me ocurre contigo.Tú Voz es única y maravillosa, la admiro y me llena de felicidad cada día.

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