¿Cómo te imaginas el Paraíso?

 Una noche, tres amigos ascendían por la pendiente del Monte Sinaí, esperando llegar a la cima antes del amanecer. Estaban ansiosos por respirar el aire en el que habían sonado las voces de Dios y de Moisés cientos de años atrás.

"Hagamos un alto para reponer fuerzas", propuso el de más edad al llegar a una planicie del Monte, y los otros dos asintieron. Encendieron un fuego, repartieron pan y queso de cabra, y llenaron sus copas de vino de Grecia.

"Amigos míos -dijo el más joven- ¿Cómo se imaginan el Paraíso?". Y antes de que alguien pudiera responder, él mismo habló de este modo: "Yo me lo imagino como un lugar con mujeres siempre jóvenes, banquetes inacabables, siestas profundas sin sueños ni sobresaltos".

Al oír esto, otro se entusiasmó y dijo: "Para mí el Paraíso es un lugar con una eterna primavera, ríos de agua cristalina, montañas de roca de cristal, amaneceres que duran un año entero, y aldeas tranquilas en las que habitan los grandes hombres de la historia para ir a conversar con ellos cuando me plazca".

"¿Y tú?", preguntó el más joven al de más edad, que había oído sonriente y en silencio el relato de sus compañeros de aventura: "Yo imagino el Paraíso como una planicie del Monte Sinaí, en la que tres buenos amigos se detienen, encienden un fuego, se sientan a su alrededor, saborean el pan y el queso, beben vino griego y hablan del Paraíso a la luz de las estrellas".

Del libro "El poder de la Gratitud" de Ricardo Perret.



                                   Foto de Pixabay en Pexels

¿Cómo te imaginas el paraíso, amigo, amiga?

Mi paraíso es una cena con queso en la terraza de casa, las luces de la ciudad de telón de fondo, los ojos infinitos, un arrebol de sonrisas, charlando sobre esto y lo otro, encendidas nuestras almas. 

Es un paseo por las calles de Madrid con un sabio de barba blanca, mientras el aroma a madera quemada nos envuelve y los pájaros nos persiguen con su melodía. 

Mi paraíso es este cielo gris que observo desde el ventanal y la lluvia que se desliza por los cristales como lágrimas que arrastran fuego. 

Mi paraíso se encuentra en la conversación con un amigo, en la que se dicen verdades del alma y conectan nuestros pozos. 

Y también en una canción de Perales cantada a gritos en la cocina con olor a bizcocho. 

 Mi paraíso se encuentra en una tarde de juegos de mesa, con infusión de jengibre y limón. 

Mi paraíso es un paseo contigo en bicicleta por los caminos del mundo, rodeados de verdes, ríos y margaritas. 

El paraíso lo descubro cada día en sus caritas envueltas en besos por la noche al dormir.


Mi paraíso, querido amigo, en realidad se encuentra en mí misma, en un rincón de mi desván. Quizás no siempre me dé cuenta de que está ahí, con su despliegue de colores y mariposas; quizás a veces se enturbia mi mirada con ladrillos sucios que no son míos, quizás. Pero ahí está, sempiterno, inundándolo todo de destellos, aromas, sinfonías y arrullos. Pues cada página de mi libro contiene un paraíso, dispuesto a ser descubierto si abro bien los ojos y destapo la voz de mi corazón.

¿Y tú amigo, amiga? ¿Te has parado a pensar cómo es tu paraíso?


Comentarios

  1. Fantástico. ¡Me han encantado tus paraísos! Buen fin de semana

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    1. Muchas gracias! Buen fin de semana a ti también y que disfrutes de tus paraísos!

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  2. Me ha encantado especialmente. Menos largo, menos explicativo, más poético y hermoso. Y sin dudarlo, te transporta al paraíso que todos vivimos cada día, se aprecie o no.

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Sangani. Es bonito abrir los ojos y el corazón al paraíso que nos rodea. Ojalá podamos hacerlo con más frecuencia cada vez. Un beso

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  3. Querida Clementina,
    Mi único paraíso eres Tú.

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    1. Querido anónimo: Gracias por haber inspirado mis palabras y por tantas cosas.

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