Los Cuatro Acuerdos: Segundo acuerdo

 NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE

 
 
Empieza mayo y me propongo cumplir durante este mes otro reto. Se trata del Segundo Acuerdo del Libro "Los Cuatro Acuerdos. Un libro de la sabiduría tolteca" de Miguel Ruiz, que dice "No te tomes nada personalmente".
Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos. Todos
vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un
mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros.
 
"Cómo me mira. Seguro que le caigo mal"
"Hoy no me ha saludado. Seguro que está enfadado conmigo"
"Seguro que piensa que soy aburrida" "Seguro que no quieren que vaya"...
Muchas veces nos sentimos heridos porque o bien alguien nos ha insultado directamente, o bien nos ha criticado por detrás, o bien imaginamos (simplemente imaginamos) que le caemos mal. ¡Qué ofendidos nos sentimos! “¿Cómo puede pensar eso de mí?” nos decimos.  En cualquiera de los tres casos ¡¡no debe afectarnos porque no es cosa nuestra, sino de esa persona!! Si efectivamente tiene veneno dentro y está dirigido a mí, el veneno es suyo y solo suyo y no debo tomarlo. Si me lo lanza en forma de palabras o miradas, me debe resbalar ya que es una movida interior suya.¡¡¡No te comas su basura emocional!! Ofenderse es creer lo que esa persona dice.

 
A ver, esto no significa que no escuchemos nunca las críticas constructivas que los demás nos hacen y que tienen como fin que nos demos cuenta de algo que no hemos hecho bien (en su opinión). Es bueno que nos den su opinión en ese caso. Nos ayuda a mejorar. En nuestra mano está distinguir la crítica envenenada de la crítica positiva, distinguir el oro de la paja.
Sea lo que sea lo que la gente haga, piense o diga, no te lo tomes personalmente.
Si te dice que eres maravilloso, no lo dice por ti. Tú sabes que eres maravilloso. No
es necesario que otras personas te lo digan para creerlo.
 
La otra cara de la moneda es que a veces nos sentimos halagados porque alguien nos dice algo bonito. Tampoco te lo creas demasiado, ya que también es movida suya, no tuya. No pasa nada por aceptar el piropo ¡eso está muy bien! Lo que no me parece tan sano es creerse el rey del mundo porque me halaguen, que el ego suba a la cima de la montaña. Soy increíble sí, pero no porque alguien me lo diga. Lo soy, igual que tú, igual que todo el mundo, solo por el hecho de ser persona. Como dice Ramiro Calle "A veces nos elogian, a veces nos insultan. No tenemos por qué asumir la descripción que los demás quieran imponernos, porque no somos personajes de su guión. Gastamos demasiada energía en tratar de mantener a flote la propia imagen idealizada, en lugar de ejercitarnos en ser nosotros mismos."
Y vamos más allá…
Ni siquiera las opiniones que tienes sobre ti mismo son necesariamente
verdad; por consiguiente, no tienes la menor necesidad de tomarte cualquier cosa
que oigas en tu propia mente personalmente.

 Nos hemos acostumbrado a creer todo lo que la mente pensante nos dice. El problema es que la mente no para de decirnos cosas, todo el tiempo, hasta cuando dormimos. Es su labor. Y mi labor, como persona que quiere crecer interiormente, es detectar esos pensamientos, observarlos y dejarlos pasar como si de nubes se tratara. La mente lo hace lo mejor que sabe. Pero no es sabia. La sabia soy yo.

Resultado de imagen de nubes

 
Conclusión:  el reto de este mes se convierte en tres retos:
1.       No creerme los insultos o las críticas venenosas de los demás.
2.       No creerme los halagos de los demás.
3.       No creerme mis propias críticas o halagos.


 

Dice Miguel Ruiz:
 

Si mantienes este acuerdo, viajarás por todo el mundo con el corazón abierto por completo y nadie te herirá. Dirás: «Te amo», sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen. Pedirás lo que necesites. Dirás sí o dirás no lo que tú decidas sin culparte ni juzgarte. Siempre puedes seguir a tu corazón. Si lo haces, aunque estés en medio del infierno, experimentarás felicidad y paz interior. Permanecerás en tu estado de dicha, y el infierno no te afectará en absoluto.
 

 

 
 
 

Comentarios

  1. Querida Clementina este post sobre el segundo Acuerdo me ha parecido interesantísimo (puedes creerte este halago) y voy a intentar poner todos los medios para aplicarlo también. Me siento muy culpable cuando enveneno con la crítica y leyendo tus sabios consejos reflexionas y eres consciente que el problema eres sólo tú y no los demás.
    Muchas gracias

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    1. Hola Sonrisarisueña: Recuerda que tan importante es no hundirse con las críticas de los demás, como con las propias. Es genial que no quieras echar la culpa a otros cuando eres tú el responsable, pero por favor, trátate bien, dite cosas bonitas, no te insultes cuando no haces algo tan perfecto como tú quisieras. Solo aceptando tus propios errores, aceptarás los errores de los demás. El mundo (incluido tú) es perfecto tal y como es. Si los demás cometen errores, no te enfurezcas ¡ríete! Y si tú cometes errores, no te enfurezcas ¡ríete!

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