Estoy convencida de que el optimista atrae la "buena suerte" y el pesimista la mala. Puede que sea superstición pero... lo veo en mi propia vida. Cuando me pongo las gafas de color rosa, parece que todo va sobre ruedas, me siento querida, los planes salen bien, en el trabajo me siento a gusto.
Me considero optimista y a los optimistas nos llaman ingenuos, flower power, nos llaman poco críticos, poco realistas, inmaduros. Y, sin embargo, puestos a elegir, no veo por qué extraña razón voy a elegir el lado pesimista.
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Gracias al blog de una amiga (blog.sencillamenteana.com) me he enterado de que existe una liga de los optimistas pragmáticos (también en Madrid) y os voy a contar algo sobre ello.
Esta liga fue ideada por el escritor y divulgador Mark Stevenson, que tras estudiar miles de casos de personas que habían alcanzado metas significativas, estableció los 8 principios del optimismo pragmático haciéndose la pregunta «¿cómo consiguen algunas personas hacer cosas buenas en un mundo en constante cambio?». Estos son los principios:
1. Sueña: No te avergüences de pensar y decir que las cosas pueden ir a mejor.
2. Comprométete: forma parte de proyectos que vayan más allá de ti mismo y dedica tu vida a ellos.
3. Actúa: Somos lo que hacemos, no lo que tenemos intención de hacer: "tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo", dijo Gandhi.
4. Hechos, no creencias. A la hora de actuar, hay que abrirse a la evidencia. Mejor pensar como los ingenieros que como los políticos.
5. Bienvenidos los errores. Es mejor intentarlo y aprender de los errores.
6. Comparte. Comparte tus ideas, en vez de protegerlas a toda costa ("cuanto más se amplifica una idea, más fuerza adquiere").
7. Resiste. Esto es una carrera de fondo. La fuerza de voluntad, la persistencia es la mejor herramienta para conseguir lo que uno quiere.
8. Mantén a raya el cinismo. El cinismo no es más que una excusa para no hacer nada.
Estoy de acuerdo con todos ellos y voy a aplicarlos a mi día a día. Porque se puede ser optimista, a pesar de todo lo que vemos y oímos en las noticias, a pesar de tanta queja, de tanto despropósito. Estoy convencida de que este mundo va a mejor y que cada vez hay más gente honrada, que se desvive por los demás, que quiere crecer interiormente. Y como estoy convencida de ello, te pido que te sumes a estas ideas, a esta actitud ante la vida, porque cuantos más optimistas pragmáticos seamos, mejor envuelto estará el mundo en esta energía brillante que no es otra cosa sino amor. Y ya puestos, voy a añadir tres reglas muy importantes a esta lista de principios:
1. Prohibido quejarse y hacerse la víctima. Si quieres cambiar algo, actúa, con una sonrisa siempre.
2. Intenta ver el lado positivo de los acontecimientos de tu vida y también de las personas con las que te relacionas.
3. Empieza hoy.
Os dejo con un vídeo de "Aprendemos Juntos" en la que la protagonista es Irene Villa, gran optimista pragmática:
https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/puede-el-perdon-curar-el-dolor-irene-villa/
Clementina me has convencido totalmente!!!
ResponderEliminarMe uno a la liga de los optimistas, de los que nos sentimos inmensamente afortunados de poder amar y de sentirte amado, de los que buscamos la felicidad cada minuto, y tu post Clementina me animar a seguir en ese camino.
Muchas gracias!!
Efectivamente. Los optimistas pragmáticos no dejamos de dar las gracias a Dios o al universo o al mundo por todo, por los regalos que cada día nos manda. Escribamos nuestra novela con esas palabras de agradecimiento, en lugar de con quejas. Para detectar todos esos regalos, debemos tener los ojos bien abiertos, porque tras cada columna hay un milagro.
EliminarYo siempre estoy con los ojos muy bien abiertos porque en mi casa hay tres columnas preciosas que cada día me sorprenden con algún regalo!! Qué suerte tengo Clementina!!
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