Cuando como, como

 



 
 
Un hombre se acercó a un sabio anciano y le dijo:
 
-Me han dicho que tú eres sabio…. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás personas.
 
 El anciano le contestó:
 
- Cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.
 
- Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio- le contestó el hombre, sorprendido.
 
- Yo no lo creo así- le replicó el anciano- pues cuando duermes, recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes, estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo, piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es ser consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.
 
Cuento budista
 
 
 
 
 
¿Cuántas cosas hacemos sin hacerlas, es decir, con nuestra mente en otra cosa?¿Desayunáis saboreando cada bocado? ¿Os ducháis sintiendo el agua caer sobre vuestro cuerpo?  ¿Trabajáis con vuestra mente puesta en el trabajo? ¿Conversáis poniendo atención a las palabras y gestos del otro?¿Sois capaces de mirar una puesta de sol sin que vuestra cabeza se inunde de planes futuros?
 
Yo lo encuentro muy difícil y más ahora, rodeada de emails, de wasups, rodeada de tantas tareas a lo largo del día, tanto todo. Si ni siquiera estamos atentos cuando hablan las personas a las que más queremos. La mente loca nos aturde con tantos pensamientos que van, vienen y se quedan. Es como estar en medio de una autopista llena de coches. Es muy difícil escuchar con atención o vivir con atención con la cabeza repleta de ruido y coches pasando. Sano no es. Sabio tampoco. 

Empecemos haciendo esto que dice el sabio del cuento, algo tan ¿fácil? como estar presente. Salir de la autopista, al menos a ratos. Y vivir solo ese instante. 
 

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