El Guerrero Pacífico (primera parte)

Ver las imágenes de origenLa semana pasada vimos una película muy especial llamada El Guerrero Pacífico. Historia real, es una de esas películas que hay que ver con libreta y boli, para apuntarlo todo, porque cada vez que Nick Nolte abre la boca, sale de ella una lección magistral. Y de alguna de esas lecciones magistrales quería hablaros hoy:





Saca la basura de tu mente. Basura es todo aquel pensamiento que te distraiga de lo que realmente importa: estar presente plenamente en este momento, aquí, ahora.


Nuestro cerebro tiene la facultad de recordar y planificar y eso es tremendamente útil ya que, de esa manera, podemos aprender de los errores del pasado y hacer planes de futuro. Sin embargo, el mono que tenemos en el cerebro está muy loco y suele llevarnos por caminos que no hemos elegido nosotros. Y es posible que de tanto recordar nos sintamos culpables por esos errores, o melancólicos porque "cualquier tiempo pasado fue mejor" y de tanto planificar nos angustiemos por el futuro, por esa enfermedad que podría llegar, por el ridículo que podría hacer, por el dinero que podría perder... cada cual con sus neuras. O quizás, de tan metidos que estamos en nuestros pensamientos, nos estamos perdiendo un momento mágico, momento que nunca se podrá repetir.

Cuando por fin logres vivir el presente, te sorprenderá todo lo que puedes hacer y lo bien que lo haces

Los pensamientos van de rama en rama sin orden alguno y hacen que nos metamos en una selva alejada de nuestra realidad. El problema de esto es que pasamos casi la mitad de nuestro tiempo de vigilia encerrados en esa selva, acompañando al mono de rama en rama, mientras la vida, nuestra vida pasa. Me parece importante tomar conciencia de esto que nos ocurre. Al menos, darnos cuenta de que es basura, e igual que quitamos las malas hierbas de nuestro jardín, o sacamos la basura cada día, arranquemos cada día también las malas hierbas de nuestra mente, que no hacen sino entorpecer nuestro paseo hacia la felicidad.

Las personas no son lo que piensan que son. Solo creen serlo. La mente es solo un órgano reflejo. Reacciona ante todo. Llena la cabeza de millones de pensamientos aleatorios al día. Ninguno de esos pensamientos dice más de ti que un lunar en la punta de tu nariz.

No debemos creer a pies juntillas lo que nos dice nuestra mente. Ni somos lo que creemos ni la realidad es la que creemos. Intentemos ver la mente como es: un órgano más. Y los pensamientos como los productos de ese órgano. No se trata de desterrar todos los pensamientos sino simplemente, de poner un poco de orden.

Como dijo el filósofo griego Epícteto:

No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas.

File:Epicteto, y Phocilides en español con consonantes, 1635, frontispiece - detail.png


Observa tu diálogo interno e incesante. Y no te lo creas.


Adjunto el trocito de la película que habla de lo que acabo de comentar. Es solo un trocito. Merece la pena verla entera, con libreta y boli.


https://www.youtube.com/watch?v=_XygM352HaU

Por cierto, la peli está basada en la novela escrita por Dan Millman, protagonista de la historia.





Comentarios

  1. Qué bien que hayas vuelto Clementina!!
    Y además como siempre con un post que me hace reflexionar y en este caso también me sentir culpable por no aprovechar el PRESENTE!!
    No sé si a ti te pasa lo mismo pero creo que la culpa la tiene en gran parte la vida rutinaria de trabajo que no nos llena ni ilusiona y dejamos de valorar el presente que hay de lunes a viernes y sólo anhelamos lo que haremos el finde o en las vacaciones.
    Qué opinas?

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  2. Hola Anónimo:

    Creo que el sentirnos culpables nos da una información valiosa: algo hay que cambiar en nuestra vida. Una vez recibido el mensaje que te trae esa culpa, déjala ir, que no te acompañe en el camino pues entonces te bloqueará. Y el mensaje que trae la culpa es: empecemos a entrenar YA en este ejercicio de estar presente en todo momento: un lunes, en un hospital, en una fiesta, en agosto, un domingo, en una conversación aburrida... empecemos a practicar y, poco a poco, veremos qué pasa. No hace falta tener una vida apasionante para estar presente. Simplemente se trata de agarrar nuestra vida con las dos manos y mirarla a la cara. ¿Qué te parece?

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