El otro día, leyendo con mis hijas el maravilloso libro "Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes", descubrí a una poetisa con un nombre lleno de color: Cora Coralina. Y, entre sus poemas, encontré éste que me sobrecoge:
Cora Coralina (1889-1985) fue una poetisa y escritora de cuentos brasileña. Publicó su primer libro a los 75 años y se convirtió en una de las voces femeninas más relevantes de la literatura brasileña.
¿Se puede añadir algo a tanta preciosidad? Hay tres ideas en este poema que no deberíamos olvidar nunca:
1- Necesitamos a los demás para SER. Estamos todos interconectados como una constelación y, para crecer, para que nuestro bordado no se desgarre, es importante que nuestra mirada sea amorosa y que vayamos de la mano.
2- Mientras estemos en esta vida, tengamos la edad que tengamos, estaremos cocinándonos, ahí en el horno, como una tarta de manzana. Siempre habrá algo que aprender, alguien a quien admirar, algún sitio que disfrutar, algún sueño en el que nadar. Mientras no baje el telón, siempre habrá un retazo que añadir al alma.
3- Cada uno de nosotros importa. No solo como madre o padre, como hija o hijo... Importas porque dejas pedacitos de ti por los caminos, formas parte de las historias de los demás y el mundo cambia, aunque no lo creas, gracias a que tú estás en él.
Gracias, Cora Coralina, por tus palabras.
Estoy hecha de retazos
Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma.
No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy.
En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor.
En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia ...
Que me hacen más persona, más humana, más completa.
Y pienso que es así como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también.
Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados ...
Siempre habrá un retazo para añadir al alma.
Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí.
Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma.
No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy.
En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor.
En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia ...
Que me hacen más persona, más humana, más completa.
Y pienso que es así como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también.
Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados ...
Siempre habrá un retazo para añadir al alma.
Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí.
Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos y que puedan ser parte de sus historias.
Y que así, de retazo en retazo, podamos convertirnos, un día, en un inmenso bordado de "nosotros".
Y que así, de retazo en retazo, podamos convertirnos, un día, en un inmenso bordado de "nosotros".
Cora Coralina (1889-1985) fue una poetisa y escritora de cuentos brasileña. Publicó su primer libro a los 75 años y se convirtió en una de las voces femeninas más relevantes de la literatura brasileña.
¿Se puede añadir algo a tanta preciosidad? Hay tres ideas en este poema que no deberíamos olvidar nunca:
1- Necesitamos a los demás para SER. Estamos todos interconectados como una constelación y, para crecer, para que nuestro bordado no se desgarre, es importante que nuestra mirada sea amorosa y que vayamos de la mano.
2- Mientras estemos en esta vida, tengamos la edad que tengamos, estaremos cocinándonos, ahí en el horno, como una tarta de manzana. Siempre habrá algo que aprender, alguien a quien admirar, algún sitio que disfrutar, algún sueño en el que nadar. Mientras no baje el telón, siempre habrá un retazo que añadir al alma.
3- Cada uno de nosotros importa. No solo como madre o padre, como hija o hijo... Importas porque dejas pedacitos de ti por los caminos, formas parte de las historias de los demás y el mundo cambia, aunque no lo creas, gracias a que tú estás en él.
Gracias, Cora Coralina, por tus palabras.
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