Esta semana que empezó el 14 de octubre, ha estado dominada por los cambios. ¿Por qué? Se han producido dos hechos que van a tambalear mi vida:
1- Mi jefe de toda la vida, se jubila.
2-He empezado un gran curso que confío me abra un mundo nuevo al que poder dedicarme cada vez más y con toda mi alma.
Todo esto me ha generado emociones, comeduras de coco, sueños y pesadillas durante la semana entera, lo que me lleva a reflexionar sobre los cambios, sobre todo, sobre el miedo al cambio. Inserto aquí un vídeo muy cortito y precioso que ilustra este miedo:
https://youtu.be/wWEXc4h01pM
Este miedo al cambio es completamente normal ya que, para nuestro cerebro, cambio es sinónimo de muerte. Los dichos populares lo respaldan: "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Nos aferramos a lo de siempre porque nos da seguridad, sin darnos cuenta de que esta seguridad no es más que un espejismo, ya que todo cambia, todo se balancea como si estuviéramos en una barca y aquel suelo que parecía firme, de repente, ya no lo es tanto. Lo más increíble de todo es que, aunque no estemos a gusto, preferimos quedarnos encerraditos en nuestra caja por si acaso... ¿Tan grabada tenemos la idea en la cabeza de que cualquier cambio será a peor? Sí, porque estamos dominados por este cerebro que quiere evitarnos todo tipo de disgusto. Sin embargo...
Muchas veces (o siempre) el cambio es necesario, pues si no, no podemos crecer y nos quedamos quietos, como agua estancada, invadida por las moscas. Entonces todo gira menos nosotros. Nos quedamos ahí de pie en la estación abandonada, viendo como todos los trenes parten. Suena triste ¿no?
Cambio, aunque dé miedito, es realmente sinónimo de luz y frescura. Decídselo a vuestra mente la próxima vez. Yo se lo diré a mi subconsciente, para no tener pesadillas cuando soplen vientos de cambio...
Cuando soplan vientos de cambio, algunos construyen muros, otros molinos. Proverbio chino.
Foto de Nita
Estoy intentando vuelos
por paisajes diferentes
plantearme pacientemente
diversidad de miradas
escudriñar otros cielos
habitar nuevos espacios
saber que las formas cambian
a medida que volamos.
Bañarme en ríos de lluvia
subir hasta cierta altura
para caer en picada
descansar si es necesario
volver a llenarme de aire
ejercitar más las alas
rozar un cerezo en flor
o la nieve en la montaña.
Estoy intentando vuelos
cerca de barcos piratas
con tesoros escondidos
en remotas playas blancas
surcando mares bravìos
con mil sirenas que cantan
y vientos que soplan dudas
pero a la vez me hacen falta
En éstos vuelos de prueba
con distintos panoramas
donde hoy estoy aquí
y quien sabe mañana?
errando de itinerario
o acertando a gran escala
intuyo que mi alma sabe
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