Todavía nos hacen falta vuestros abrazos

Hoy os traigo este maravilloso artículo que me ha encogido el corazón. En concreto estas dos frases:

El umbral de sus puertas se ha convertido en un abismo y jamás, por muy lejos que estuviésemos, los habíamos echado tanto de menos. 

Que sigan ahí, en el mismo sofá, cuando todo esto pase. 

Sí, yo cruzo los dedos y rezo para que sigan en el mismo sofá cuando todo esto pase, y doy las gracias por un día más con ellos, de manos arrugadas y ojos serenos, mis personas "mayores" que no lo son tanto, que todavía pueden tener muchos años por delante si ellos quieren. 

¿Sabéis que la persona más longeva de la historia vivió 122 años y medio? Así que vosotros, que solo tenéis setenta  y tantos, fijaos en todos los años que todavía os quedan y...¡¡cuidaos!! No vayáis a la farmacia tantas veces, dejad que los hijos os lleven la compra, no salgáis a la calle con cualquier excusa.

Vosotros, austeros, trabajadores incansables, que habéis vivido una posguerra, que escuchabais la misa en latín, que no teníais bicicleta, que solo comíais garbanzos y patatas y chocolate harinoso, que teníais una única baraja de cartas a compartir con vuestros cinco, seis u ocho hermanos, sin tele ni vídeo juegos, con una radio que inundaba de canciones vuestro salón ("Yo soy aquel negrito del África Tropical, que cultivando cantaba la canción del ColaCao..."); vosotros, que sois felices con poco; vosotros, nuestros maestros de vida. Vosotros... tan necesarios.

Este virus os ha obligado a volver a casa, cuando ya os habíais acostumbrado a ir a restaurantes cada fin de semana ¿verdad? Y a nosotros, los hijos y los nietos, nos está haciendo valoraros con mucha más fuerza que antes, como piedras preciosas porque ¿qué sería de nosotros sin vuestros abrazos? Como dice el poema "Sois nuestro norte, nuestro sur, nuestro este y oeste". Sois lo más valioso que tenemos así que, por favor, ¡¡cuidaos!!

Os dejo la letra y luego el link de una canción de Roberto Carlos dedicada a ti papá y dedicada a todos nuestros padres y madres que ya son abuelos y que tienen que quedarse en su sofá estos días porque se dice que son los más vulnerables. Escuchadla, que es preciosa.

Esos tus cabellos blancos, bonitos

Ese hablar cansado, profundo

Que me lee todo, lo escrito

Y me enseña tanto, del mundo

Esos pasos lentos, de ahora

Caminando siempre, conmigo

Ya corrieron tanto, en la vida

Mi querido, mi viejo, mi amigo...

Esa vida llena, de historias

Y de arrugas marcadas, por el tiempo

Recuerdos de antiguas, victorias

Son lágrimas lloradas, al viento

Tu voz dulce y serena, me calma

Y me ofrece refugio, y abrigo

Va calando dentro, de mi alma

Mi querido, mi viejo, mi amigo...

Tu pasado vive, presente

En las experiencias, sentidas

En tu corazón, consciente

De las cosas bellas, de la vida

Tu sonrisa franca, me anima

Tu consejo sabio, me guía

Abro el corazón, y te digo

Mi querido, mi viejo, mi amigo...

Yo, lo he dicho casi todo

Y casi todo es poco

Frente a lo que yo siento...

Mirando tus cabellos, tan bonitos

Abro el corazón y digo

Mi querido, mi viejo, mi amigo...

Mi querido, mi viejo, mi amigo