El asiento del alma

 Ya Platón y Aristóteles decían que el corazón era el asiento del alma y que éste tenía una gran participación en el sistema emocional. Y aunque por muchos años la ciencia y los médicos creyeron que el corazón era simplemente un órgano para bombear y oxigenar sangre, en la actualidad el gran poder del corazón ha sido revelado: el corazón contiene alrededor de 40.000 neuronas súper poderosas en el ventrículo derecho. Es decir, el corazón tiene memoria y sobre todo tiene memoria de las emociones que ha experimentado a lo largo de la vida.

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Así que el corazón es nuestro gran consejero interno, caracterizado por una fuerte conexión con nuestra energía espiritual. Pero pareciera como si fueran pocos los que lo tienen en cuenta para tomar grandes decisiones. ¿Cual fue la última vez que escuchaste los consejos de tu corazón? 

El poder de la Gratitud. Ricardo Perret

Foto de Idina Risk en Pexels

Cierra los ojos y escucha...

Ahí, en lo más profundo de tu pecho, se encuentra tu consejero, tu sabio, aquél que tiene todas las respuestas. No busques la solución en los libros ni tampoco en los doctores, pues todo lo que está fuera de ti no es más que un vistoso decorado. Amiga, amigo, cuando sientas que todo te abruma, porque la neblina se ha posado en tu espejo, respira, escucha sus latidos y pídele que te ayude. En él se encuentran todas las palabras de consuelo, todas las mariposas que un día se escaparon de la primavera. No dejes que la mente te envíe cartas envenenadas. Simplemente conecta con él, con ese cofre a medio abrir que lanza unos destellos dorados. Es él el que sabe pues ha vivido desde el principio de los tiempos, vivía ya antes de que este planeta lleno de farolas existiera. Toda la sabiduría está en ese cofre que guarda tu pecho y al que no miramos ni de reojo, salvo cuando está roto. 

Cierra los ojos y si quieres, puedes dejar escapar alguna lágrima para que se mezcle con la lluvia. Pon tus manos en el corazón y discúlpate por haberle ignorado durante tanto tiempo. Es ahora cuando te das cuenta de que no funciona la vida sin él. Creías que por tener un cerebro tan completo, todo estaba resuelto. Ahora sabes que en tu corazón se asienta tu alma y que no es el cerebro sino el alma lo que nos hace mágicos. Tanto tiempo buscando la pieza que faltaba y resulta que la tienes ahí dentro, debajo de tus capas. Tu corazón repleto de neuronas te acompaña, a veces hasta te grita y retumban tus paredes. Pero tú no lo escuchas pues caminas muy preocupado por la acera, atento tan solo a los relatos de tu mente. Hasta que un día el corazón sabio ya no puede más, junta todas las lágrimas que encuentra escondidas en tu cueva y las envía como un torrente a tu garganta. Y es entonces cuando parece que el mundo ha bajado la persiana, pero no... es tan solo el principio de tu amanecer.

Cierra los ojos y escucha a tu corazón. Pues solo él sabe lo que te susurra el alma.

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