La taza de café

 

Unos profesionales todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntaron para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable estrés que les producía el trabajo y la vida en general.


El profesor les ofreció café, fue a la cocina y regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo mas ecléctica: Porcelana, plástico, vidrio, cristal, sencillas y baratas, decoradas, otras exquisitas…. Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco de café recién preparado. Cuando lo hicieron, el maestro con calma les dijo: “Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que les di eran distintas… unas bonitas, otras sencillas y baratas. Ustedes escogieron primeros las bonitas y exquisitas, lo que es natural, ya que cada una prefiere lo mejor para sí mismo.

Esa es la causa de sus problemas relativos al estrés. Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café.

En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar la tazas de los demás.

Ahora piensen en esto: la vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social... son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida, y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevamos.

A menudo, por concentrarnos solo en la taza dejamos de disfrutar el café... ¡disfruten el café! La gente más feliz no es la que tiene lo mejor, sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, vivan de manera sencilla y ¡Disfruten el café."

 Del blog http://cuentosqueyocuento.blogspot.com


Foto de Brigitte Tohm en Pexels

¿A qué prestas más atención: a la taza o al café? ¿Quizás te estás perdiendo en las filigranas de la taza en lugar de saborear el exquisito líquido de su interior? ¿Te das cuenta de que una taza vacía no tiene ninguna utilidad? Bueno sí, para ponerla en la vitrina y presumir de ella. ¿De verdad eso te hace feliz? ¿De verdad es para ti una felicidad profunda, de esas que te llenan de magia y te hacen respirar mejor? ¿De verdad tu propósito en esta fugaz vida es coleccionar tazas para que todos las vean cuando se asomen a tu vitrina? 

La taza es importante, cómo no. Por que si no, habría que beber directamente de la cafetera y eso es una incomodidad, nadie lo discute. Y si la taza es de porcelana fina, mucho mejor. Lo que el cuento recalca es ¡no te olvides de que la función de la taza es que disfrutes del café! Vamos, que de nada sirve obsesionarse con el resultado si por el camino te llenas de espinas y mal humor. De nada sirven los galones si no tienes un buen amigo con el que conversar. De nada sirve poseer un chalet frente al mar si estás solo y en tu interior se escucha el ruido incesante del vacío. De nada sirve la taza si no hay café, ni nada que la llene. De nada sirve tu vida si solo tienes una vitrina llena de objetos preciosos e inútiles. Eso sí, carísimos.

Por ello, creo que lo ideal es concentrarse en llenar la taza de abrazos que sanan y de arroyos que refrescan. Soltar las obsesiones que son como masas negras que nos restan energía, soltar todo lo que pesa, para eliminar las telarañas que me impiden ver la claridad de esta mañana y disfrutar del sonido de tus besos. Soltar para luego llenarse de todo aquello que no pesa y no tiene precio. 

P.D- Al hilo de esto no puedo dejar de recomendaros dos pelis maravillosas: Family Man (con Nicholas Cage) y The Kid (con Bruce Willis). 



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