Solo eres libre si te arriesgas

 Reírse es arriesgarse a parecer tonto.

Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.

Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.

Mostrar los sentimientos propios es arriesgarse a mostrarse uno mismo.

Exponer tus ideas o sueños ante una multitud es arriesgarse a perderlos.

Amar es arriesgarse a no ser correspondido.

Vivir es arriesgarse a morir.

Solo eres libre si te arriesgas.

La Brújula Interior. Alex Rovira.



Foto de Lucas Allmann en Pexels

¿Seguridad o Libertad? ¿Cuántas monedas de riesgo estás dispuesto a pagar para ir de una a otra? El riesgo te da pavor, lo sé, y eso es porque, en cuanto te lo planteas, aparecen los "ysis" . Los "ysis" son esos mosquitos que revolotean a tu alrededor con ese ruido molesto que no te deja dormir, y tú te tapas con la sábana a pesar del calor, pero el mosquito sigue zumbando en tu oreja mandándote un mensaje de miedo, miedo a perder lo que ya has conseguido: tu comodidad, tus bienes materiales, tu imagen o las personas que quieres. Hay "ysis" de todos los tamaños y colores, y cuando te pican, te dejan una buena marca en la piel. Elige el tuyo:

 ¿Y si al dar mi opinión hago el ridículo?

¿Y si cuando esté hablando en público me quedo en blanco o les parezco aburrida?

¿Y si se dan cuenta de que no soy tan lista?

¿Y si digo que No y deja de llamarme (o deja de quererme)?

¿Y si voy a este apartamento en la playa y mis vecinos son muy ruidosos?

¿Y si me voy de viaje en avión y pierden mi maleta?

¿Y si voy a esta fiesta y todas las conversaciones son banales y me aburro?

¿Y si cambio de trabajo y voy a peor?

¿Y si monto mi negocio y luego fracasa?

¿Y si me caso y el matrimonio no funciona?".

Lo que pretenden esos mosquitos es que no hagas nada. Nada de nada. Quieren que te quedes en tu celda, que no llames a nadie, que no salgas, que no te expongas, que no rías ni llores, que no te muevas. Conviértete mejor en una momia la vida entera. Solo así estarás seguro. Los "ysis" son los centinelas de tu seguridad. 

¿Acaso hay algún antídoto frente a esos bichos? Por supuesto. El cerebro humano está plagado de recursos. El antídoto es dar un paso atrás y observarlos para familiarizarte con los que suelen rodearte, reírte un poco de ellos y luego... ¡¡actuar!! Observación + sentido del humor + Acción. Si te quedas en el sofá te harás cada día más pequeño, huraño y temeroso y tu única ocupación será tejer las cadenas que te atan a la celda. Por eso, ahora que empieza un nuevo curso, te pregunto:

 ¿Qué prefieres: estar seguro o crecer? 

¿Qué precio estás pagando por estar seguro? 

¿Qué precio estás dispuesto a pagar por crecer?

¿Qué pequeño primer paso vas a dar hoy hacia tu libertad?



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