Aplícalo ahora a cualquier imagen que la gente tenga de ti y que te haga ver que eres un genio, un sabio, un santo o algo parecido; siéntete halagado, y en ese momento habrás perdido tu libertad, porque en adelante no dejarás de esforzarte por conseguir que no cambien de opinión. Temerás cometer errores, ser tú mismo, hacer o decir cualquier cosa que pueda dañar dicha imagen. Habrás perdido la libertad de ponerte en ridículo, de ser objeto de bromas y chanzas, de hacer y decir lo que a ti te parezca, en lugar de lo que parece encajar con la imagen que los demás tienen de ti.
Una llamada al amor. Consciencia. Anthony de Mello.
Foto de Arun Kr en Pexels
No sé tú pero yo, al leer cada una de estas letras, siento que me están hablando a mí. Hace años tomé un pincel y muchos colores y me dispuse a dibujar sobre el lienzo una imagen con todo detalle. ¡Qué bonita me quedó! Cada halago que recibía era una pincelada. Cada mirada de aprobación. Cada gesto de decepción. Palabras, miradas y gestos fueron construyendo esa imagen, que pasó del papel a la piedra, que pasó de dibujo a castillo. Y así me moví y me muevo por el mundo. Creyendo ser a veces sabia, otras santa y en todo caso, perfecta. ¡Cómo reluce la imagen! Es tan brillante...Y cada mirada sigue añadiendo con sus manos un ladrillo más.
¡Me ahogo!! Esa imagen de mí misma está envuelta en un papel de regalo que no me deja respirar. Por eso, al leer este texto de Anthony de Mello, algo retumba en mis paredes y me habla de libertad. Y necesito romper mi castillo- esa imagen impostada que es tan bonita por fuera y tan opresora por dentro- hasta que no quede ni una sola piedra, ni una sola pincelada. Bailar, hacer el ridículo, hablar alto y llorar alto. Sé, lectores, que puede sonar muy duro todo esto pues habla de locura. Pero también sé que alguna de vosotras me entenderá pues no estoy hablando de algo extraño. Fijaos que hasta tiene un nombre. Se llama "Síndrome de la niña buena o síndrome de Wendy" que me susurra: "No cuestiones, obedece, pon buena cara. Sé siempre y ante todo agradable. El otro sabe e importa más que tú. Da igual lo que tú desees pues, si quieres ser buena, debes anteponer siempre, siempre los deseos de los demás. Lo esencial es dar buena imagen, que te quieran, caer bien y que todo sea paz y armonía." ¿Os reconocéis? Se llama "mantén tu imagen de perfección intacta, pase lo que pase".
Al principio era bonito. Es estupendo ser la hija, la alumna, la madre, la esposa perfecta. Es maravilloso que te quieran en todos los grupos de amigos y en todas partes. Vas por la vida sonriendo y agradando. No hay conflictos a tu alrededor. ¿A qué más se puede aspirar? Así lo creía yo. Hasta que llegó mi primera reunión de trabajo y no me atreví a decir ni "hola". Todo con tal de mantener mi imagen impecable colgada en la pared. Una brillante muñeca de porcelana, cuyo corazón está tapado por capas y capas de hormigón.
Ahora sigue siendo bonito a veces, por supuesto. Pero la valentía me habla cada vez más alto pues veo que la arena cae en mi reloj y que yo me he estancado. Por eso estoy empezando a atreverme, paso a paso, no de golpe. Con sonrisa pero firme. Sé que tú, querida lectora, me entiendes. Por eso te escribo a ti, para que de la mano avancemos juntas y convirtamos el castillo de duras paredes en una casita frente al mar, con brisa y todo. Una casa en la que no entren ni los halagos ni los reproches, ni los santos ni los sabios, sino personas llenas de tiritas que estén dispuestas a mostrar sin reparo sus heridas y a hablar y reír en voz alta. Incluso a bailar. ¿Te vienes?
Tus palabras me recuerdan mucho a un libro que he leído recientemente. Qué pasa si construyes tu hogar en los demás. Cada vez que esas personas cierren su puerta, por el motivo que sea, tú te quedas en la calle vacía, sin nada. Qué tal si construimos el hogar dentro de nosotros, con sus cimientos, sus habitaciones de amor propio, respeto, sueños...y después invitamos a los demás?
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
¡Me encanta esa imagen! Construir el hogar dentro de nosotros... Eso no se me va a olvidar nunca y me va a ayudar cuando, por cualquier motivo, me sienta desvalida. ¿Cómo se llama el libro?
Eliminar"Volver a casa" de Najwa Zebian. Perdona Clementina que soy un poco desastre con las tecnologías y no vi tu comentario. Por cierto, soy saangani, pero ahora me publica siempre anónimo.
ResponderEliminarInteresante Saangani. Buscaré el libro. Muchas gracias!!
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