El mito del amor reactivo

El mito del amor reactivo dice que las cosas deben ser especialmente atractivas para ser dignas de ser amadas. Puede disfrutar de cuadros pintados por Van Gogh, pero no de los que pinta su vecino. Puede sentirse encantado por un cachorro de raza sano, pero no por el chucho sucio que aparece en su puerta (...). Cuando usted no conoce más que el amor reactivo, tiene pocas herramientas para amar más. Su amor depende de que el mundo facilite las personas u objetos extrañamente dignos de amor, que son los que usted puede apreciar. Estos objetos son poco corrientes por definición; por lo tanto, usted vivirá en un mundo en que lo digno de amor es escaso. Pasará la vida buscando los pocos objetos que existen y, cuando los encuentre, se agarrará firmemente a ellos por miedo a que se le escapen.(...)

Como los demás tienen que ser "especiales" para que usted los ame, usted también tiene que ser "especial" para que los demás lo amen a usted. Lo más probable es que usted sea un ser humano común, bastante parecido a los demás. En realidad, el mundo no tiene nada de común ni de especial. "Común" y "especial" no son más que etiquetas que ponemos a algo para justificar nuestro aprecio o nuestro desprecio. Se puede encontrar algo de especial en cualquier cosa. El amor derriba las diferencias entre lo común y lo especial y ve lo maravilloso que es ser un ser humano ordinario, que vive entre otros seres humanos ordinarios y otras innumerables criaturas, en lo que seguramente sea un planeta ordinario que gira alrededor de una estrella ordinaria.

El libro del Amor (Dr. Frank Andrews).

 


Este texto me fascina porque habla de Amar de Verdad. ¡Amar de Verdad! Mmm... ¿qué es eso? Desde luego, no es amar como en las películas de Hollywood o en los cuentos de Disney. Eso quedó muy atrás, anclado en nuestra adolescencia, escondido entre las páginas de nuestro diario o en el oscuro rincón de nuestro cuarto, donde duermen los amores imposibles. Amar de Verdad no es amar lo bello, lo especial, lo deslumbrante y maravilloso. O al menos, no es solo eso. 

Este texto me impacta cada vez que lo leo porque rompe todos mis esquemas y me lleva a un horizonte amplio, en el que las personas, animales, paisajes, objetos que me rodean no se meten en dos cestas distintas: por una parte, la cesta de los "Apasionantes, bonitos, dignos de mi amor" y por otra, la de los "Insignificantes, feos, no dignos de mi amor". Según este texto, las cestas deben desaparecer para que todo lo que en ellas había, vuele por la colina evitando cualquier otra clasificación futura. ¿Te imaginas que, de verdad, consiguiéramos cambiar nuestra perspectiva y sentir que todo, todo es digno de nuestro amor? ¡Qué forma más interesante de acabar con la monotonía! Pero no solo eso. Esta tarea, la de Amar de Verdad, creo yo, es la más importante que podemos emprender en esta vida y la única que puede darle un sentido.

Así que, en este año que empieza, propongo que pongamos empeño en este sublime camino y, para ello, el primer paso es empezar por ti mismo. Mírate al espejo y siéntete dichoso de verte. Aprecia el brillo de tus ojos y también su oscuridad. Aprecia tus manchas y demonios, aquellos que no te atreves a reconocer. Sienta a tu mesa a tus discordias, tu cojera, tu dolor y todo eso que crees que te hace pequeño. Ama todo lo que eres, no solo lo grandioso. Despega ya tus etiquetas. 

Y una vez consigas empezar a amarte a ti mismo, pon tu atención y tu amor en lo que te rodea: los pesados, las palomas callejeras y las nubes que anuncian lluvias. Ama lo oxidado, lo marchito y lo angustioso. Ama todo como parte de esta vida ordinaria y especial. Despega  la etiqueta de "especial" o de "ordinario" a los paisajes, situaciones y personas. Tan especial es un lunes como un sábado, una puesta de sol en el mar como la pared de tu casa. 

En fin, ama cada paso que des, cada libro que leas, cada persona con la que te cruces. Solo así tendrás un pincel en la mano para llenar de color tus macetas y tus días. Pues los hijos se van, los maridos envejecen, las calles se deterioran y el despertador suena, pero con ese pincel que habla de Amor, tu vida nunca más será aburrida y monótona. Y la herida, esa que se abre minuto a minuto en tu pecho, sanará.

Amigo, amiga, sé que es difícil, pero si empezamos hoy y avanzamos un poquito cada día, llegará un momento en el que podremos decir que nos hemos convertido en Maestros del Amor. ¿Lo intentas conmigo?


Comentarios

  1. Magnífica como siempre. ¿Para cuándo ese libro?

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  2. ¿Será el 2023, por fin, el año en el que decida publicar mi libro? Ojalá. Gracias anónimo. Un beso de Clementinacrol

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  3. Querida Clementina,
    A tí te fascina el texto de Frank Andrews. Pues a mí lo que fascina cada día más es... Clementina!!

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    1. Qué responder a un comentario tan lindo? Pues que qué suerte tengo de contar con personas como tú, que me rodean de amor. Qué agradecida me siento!! Un beso de Clementinacrol.

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  4. Querida Clementina, que tema tan interesante has tocado. El amor. Ama todo, pero sobretodo ama de verdad. Es decir, el amor incondicional. Ese que se da a pesar de, aunque, por encima de, sobre todo. El amor con mayúsculas. Me viene al pelo estos días. Diría que nuevamente mis guías me envían señales. Para darme su luz, para decirme que voy por el camino. Estoy trabajando el amor que das cuando a quien adoras con el alma se le ha olvidado que te quiere. Pasada la pena infinita que se siente llega la calma. Y finalmente aceptas que ese ser es libre, que no te pertenece; trabajas el desapego y sigues dia a dia entregándole tu amor incondicional. Por el resto de tu vida le vas a amar, no hay otra; y eso es mucho más que suficiente. Porque así es el amor incondicional. Y sólo amando regresa la paz y alegría a tu alma. Gracias por tus palabras.

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    1. Querida, querido anónimo: qué duro es darnos cuenta de que libertad y amor van unidos. Es duro cuando ese ser que encarna tu amor, desea irse a un paisaje no compartido. Parece que deja un mordisco en el corazón, difícil de sanar. Es inevitable la tristeza honda. Sin embargo, entiendo que llegará un día en el que la vida deje de doler y ese mordisco se convierta en fuente fresca. Y llegará el día en que podamos comprender por qué pasó todo. Hasta que llegue ese día, la única manera de sanar es darse cuenta de que ese ser era un excusa para que saliera de ti el amor. Y ese amor puede seguir saliendo de ti, con él y sin él, pues tú eres la fuente. Un fuerte abrazo de Clementinacrol.

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  5. Precioso, como siempre, Clementina. Es una gozada leerte todas las semanas… e e ntentar llevarlo a la práctica.

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    1. Muchas gracias, querido lector! Somos todos principiantes en el amor, pero seguro que día a día iremos avanzando. Con cariño de Clementinacrol.

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