El camino

      

No hay ningún camino-receta para la iluminación. La iluminación no es un destino, una meta, el lugar de descanso final después de un largo viaje; esta es la versión mental de la iluminación. La iluminación está infinitamente más cerca que cualquier cosa que puedas imaginar.

Esta es una muy buena noticia. Significa que nadie tiene autoridad sobre tu camino; ningún maestro, gurú o líder espiritual. Significa que nadie puede decirte cuál es la "manera" correcta para ti. Significa que no puedes extraviarte, incluso si piensas que te has extraviado. Significa que nada de lo que ocurra puede sacarte del camino, puesto que el camino es todo lo que ocurre.

Nada puede apartarte del milagro de la vida ni acercarte más a ella, puesto que el milagro está en todas partes, brillando ya intensamente como cada pensamiento, sensación, imagen, sentimiento, olor o sonido, y como el profundo milagro de aquel que es consciente de todo ello, que está en relación íntima con todo ello, presente en todo ello.

Sé la luz de la conciencia que naturalmente eres, que está iluminando el momento, sea lo que sea lo que este contenga. La duda, el miedo, la tristeza, la ira, la confusión intensa... Tal vez, solo tal vez, todo esto no son enemigos ni obstáculos para la iluminación, sino tan solo expresiones de una inteligencia más profunda, la misma inteligencia incomprensiblemente vasta y despierta que crea las estrellas, que mueve las mareas de los océanos y que envía a cada cosa viviente a llevar a cabo un viaje paradójico hacia su propio ser.

Haz brillar tu luz sobre todo lo que surge. Sal de la historia del espacio, del tiempo y del progreso hacia un objetivo futuro y confía en el momento sagrado. Vive todos los momentos. Absolutamente todos los momentos, puesto que cada momento es el punto de acceso. Nunca hay obstáculos; tan solo hay portales. No eres ningún ente separado embarcado en un largo viaje para llegar a estar completo. Eres pura poesía.

Jeff Foster. Del Libro "Enámorate del lugar en el que estás."



Foto de Pixabay: https://www.pexels.com

A veces siento que mi velero se extravía. Eso ocurre cuando, aunque el aire sea fresco y las olas hagan piruetas para mí, hay algo turbulento en mi interior que me pone frente a una pared grisácea y me impide respirar hondo y apreciar el espectáculo de la vida. Es como si en mi interior hubiera diques que contuvieran la fuerza majestuosa del mar en toda su bravura, que me impidieran desplegar las alas y sentir la plenitud del azul. Sé que esos diques son mis pensamientos.

A veces me percibo tan pequeña e insignificante, mientras mi crítico interno me dicta frases que son como hachas, que dudo de todo lo conseguido y me hace sentir que estoy como al principio, como cuando era adolescente y vivía entre bambalinas creyendo que los otros siempre eran mejores que yo. 

A veces me agobia tanto no conseguir llegar, que desperdicio tu sonrisa, tus gestos, tus pequeños detalles. Tengo la mirada puesta en un futuro que quizás nunca llegue; siento impaciencia por cumplir retos y objetivos, me aturdo al percibir que avanzo lento, muy lento. La lentitud me saca del camino y me llena de espigas. Y así me pierdo.

Por eso, este texto de Jeff Foster me inunda de sentido hoy. Es tranquilizador pensar que no tengo que convertirme en un buda, ni santa, ni gurú, pues ahora, tal y como hoy soy, ya Soy. Por supuesto, es importante seguir abrillantando el diamante para que resplandezca cada vez más, pero sin la desazón de pensar que voy a suspender la asignatura de la vida puesto que ¿no os dais cuenta? ¡Ya tengo el diez! Y tú también.

Así que hoy lanzo un mensaje a mi crítico interno y al tuyo: 

"Estimado crítico interno, te respeto, sé que solo haces tu trabajo, pero no te creo cuando me dices "No eres suficiente", "No estás haciéndolo bien", "Eres mediocre", "Ella es mejor que tú". Estimado crítico, a partir de hoy te ordeno que hables mucho más bajo para que pueda escuchar la poesía que soy."

Y a vosotros os propongo que seamos poesía hoy.





Comentarios

  1. Estimado crítico interno sólo eres una herramienta más que me ha sido dada para que pueda experimentar aquí en la Tierra el maravilloso ser de luz que soy. Así que a partir de hoy sólo entrarás en escena cuando yo te lo indique y sobretodo, te ceñirás a representar el papel que yo te indique. Jamás volverás a poner piedras en mi camino. Amén. Que así sea Clementina, hoy y cada día aquí. Qué bonito texto.

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    1. ¿Te das cuenta Sangani? En ese crítico interno está la clave de todo. Si él tiene el poder, sufrimos. Para vivir una vida plena debemos hacerlo pequeño, escucharlo como ruido de fondo, e incluso reírnos de sus mensajes. Y que las voces que hablan de luz y espaciosidad entren en escena con más frecuencia.

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