Amor propio II: una necesaria segunda parte

Querido lector:

Confundes amor propio con egoísmo, lo sé. Y por eso, eres el último en dar tu opinión, o ni siquiera la das, cedes, sonríes, cedes y te quedas muchas veces (o todas) con las migajas de la tarta. Y es que ¡te espantaría convertirte en alguien que solo mira su ombligo! 

Confundes amor propio con soberbia, lo sé. Y por eso, no osas reconocer tu valor frente a otros ni frente a ti mismo. De hecho, haces todo lo contrario: solo te enfocas en tus defectos, tapando con mil mantas lo grande que eres. Y es que ¡te espantaría convertirte en alguien presuntuoso, altanero!

Estás inmerso en un juego en el que las reglas son: no protestes, sonríe, cede, no contradigas, hazte invisible, sé amable con los demás, olvida tus talentos.Y he aquí la regla de oro: si para seguir este juego te tienes que maltratar, hazlo. Los demás siempre merecen más que tú. Por eso, si te interrumpen cuando hablas, trágatelo y no te quejes porque lo contrario es ser un histérico; si siempre deciden los planes los demás, trágatelo porque lo contrario es ser un egoísta; si te dan una mala contestación, trágatelo porque "pobrecito, habrá tenido un mal día" y lo contrario es ser demasiado exigente. Y así de tanto tragar, te tragas a ti mismo, convirtiéndote en nada.

Es hora de que salgamos de este juego en el que nos metieron, pues nos ha llevado a un pozo muy hondo, en el que todos valen y merecen mucho más que yo. No, no es exageración. Es así para mí y para muchos. Por eso, propongo empezar a distinguir el amor propio de la soberbia y el egoísmo. ¿Cómo? Considera estas palabras:

El amor propio te llena de energía y te eleva. El egoísmo y la soberbia te dejan hueco como cáscara de nuez.

El amor propio te acerca a los demás pues es abrazo. El egoísmo y la soberbia te aíslan en tu castillo llenándote de espinas.

El amor propio reconoce tu valía y la de los demás y las pone a la misma altura. La soberbia solo reconoce tu propia valía y te pone en un frío altar. 

El amor propio conlleva aceptación de ti mismo y de los demás. El egoísmo no acepta, solo exige.

El amor propio te lleva a la felicidad. El egoísmo a la tristeza.

Si tienes amor propio, puedes dar amor a los demás. Si tienes egoísmo, no.

El amor propio es Amor. El egoísmo es Miedo.

El amor propio te convierte en mariposa. El egoísmo en gusano.

Foto de Cindy Gustafson: https://www.pexels.com

Y ¿Cómo se hace esto de amarse a uno mismo? Se me ocurren las siguientes ideas:

1-Reconoce, de una vez por todas, el diamante que llevas en tu interior (sí, lo tienes. Búscalo y escríbelo en un papel para que no se te olvide). De esa forma será más fácil reconocerlo en los demás.

2- Acepta tus grietas (¡Oh! 😱😱😱Eres imperfecto) y date cariño y humor para que no duelan tanto. Es decir, trátate amablemente, evitando herirte con el sable de las palabras. De esa forma será más fácil aceptar y ser amable con los demás (¡Oh! 😱😱😱¡Los demás también son imperfectos!). 

3- Sé consciente de lo que prefieres, de lo que te apasiona, de aquello que despliega tus alas. Sácalo ya del destartalado baúl, quítale de encima el polvo de las excusas y hazlo. 

4- Pon límites a los demás. Aprende a decir "No". Sé que te da terror. A mí también, pero no hay otra forma. Puedes ir practicando, poco a poco.

5- Mírate a los ojos, en su profundidad. Descubrirás tu alma y en ese momento, lo entenderás todo.

En fin, piénsate y trátate como lo harías con esa persona a la que adoras o si no, piénsate y trátate como lo haría una persona que te adora a ti. ¿No te das cuenta de que en realidad esa  persona a la que adoras, eres tú y por eso, amarte a ti mismo es también amar al resto? ¿no te das cuenta de que todos somos el mismo mar? 

Espero que hayas entendido, querido lector, que no puedes ofrecer una tarta que no tienes. Por eso, sin amor propio, no hay Amor. Y sin Amor nada somos. En todo caso, y por si te queda alguna duda, te dejo con unas palabras del Maestro:

  • “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que este.

Comentarios

  1. Gracias, Clementina por tus palabras. Son de gran ayuda para reflexionar en algo tan importante como el amor propio. Ese gran desconocido que con los años lo hemos ido enterrando en lo más profundo de nuestro ser....Pero es hora de sacarlo. Gracias de nuevo.Un abrazo

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    1. Querido anónimo: Ojalá nos diéramos cuenta de que hay suficiente amor para uno mismo y para los demás y dejáramos de escatimarnos a nosotros mismos algo tan valioso y necesario. Gracias a ti por tu comentario.

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  2. Maravilloso Clementina!!! Muchas gracias. Por qué costará tanto quererse y aceptarse? Cada día más!!! En el camino!!!

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    1. ¡Muchas gracias anónimo! Yo creo que nos cuesta tanto porque nos han educado en lo contrario, por miedo al egoísmo y soberbia. Y ahora que somos mayores, es difícil desaprender. Paso a paso lo conseguiremos. En el camino!!

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