“Ten paciencia con todo aquello que no se ha resuelto en tu corazón e intenta amar las preguntas por sí mismas, como si fueran habitaciones cerradas o libros escritos en una lengua extranjera. No busques ahora las respuestas que no estés preparado para vivir, pues la clave es vivirlo todo. Vive las preguntas ahora. Tal vez las encuentres, gradualmente, sin notarlas, y algún día lejano llegues a las respuestas”.
Rainer Maria Rilke
Foto de Clement percheron: https://www.pexels.com
Es hoy, justo hoy, cuando vienen a cuento las palabras de Rilke porque es hoy, justo hoy, cuando me siento insignificante en un mundo cuyo sentido se me escapa. Y duele hacerse preguntas como ¿por qué hay personas que mueren en la más completa soledad? ¿por qué hay personas que viven en la más completa soledad? ¿existe el mal o se trata solo de ignorancia? ¿sirve de algo lo que hago? ¿sirve de algo esta vida?
Podría decirse que estoy en la mitad de mi vida y sin embargo, me siento tan principiante... Como si todos los años acumulados no hubieran servido de nada. Como si acabara de nacer. Pequeña, ignorante, inútil. En la mitad de la vida y mi corazón sigue sangrando sin saber si podía haber hecho algo o si iba a suceder de todas formas. No sabéis de qué estoy hablando ¿verdad? Por eso, os dejo este poema, que es como una tirita para mi alma, que estos días tiembla como hoja en otoño. Seguro que seguís sin entender. Yo tampoco lo entiendo.
Te has ido y me siento oscura como cueva,
vacía, triste y culpable.
Como si quedaran cosas pendientes,
maletas por hacer, flores por plantar, paseos por caminar.
Te has ido de repente y no hay explicación.
Solo una voz al otro lado del teléfono,
una voz sin pena que habla palabras que son puñales.
¿Cómo ha podido ser? Silencio.
Y ahora me quedo sola con mi egoísmo
sabiendo que tenía que haber hecho más.
Una llamada más
un paseo más.
Algo para salvarte de sus garras.
Y ya no puedo.
Tantos días dedicados a nosotros
han quedado impresos en papel color sepia
que solo tengo yo y a nadie importa.
A mí sí pero ya es tarde.
Solo el poema entiende y me abraza.
Ahora quedo sola en mi cuarto
otra vez
con mi oscuridad, mis puñales y vacío,
arrancada de pronto mi infancia.
Te has ido en silencio y a nadie parece importarle.
Solo al viento que en este día de verano
está más furioso de lo normal.
Quizás comparte mi enfado.
O quizás seas tú soplando en mi oído "Te perdono".
Te has ido y hoy el mensaje que lanzo al aire, al sol y a este mundo incierto es:
Gracias por tu tiempo.
Gracias querida Dolores.
Supongo que algún día entenderemos...
Yo creo que todas las cosas que se hacen por los demás son importantes, aunque nos parezcan insignificantes. Y que todas las experiencias de la vida, buenas o malas nos sirven de aprendizaje.
ResponderEliminarQuerida Clementina, quiérete mucho, pues eres una de esas personas que son medicina para los demás y sigue escribiendo pues haces mucho bien a aquellas personas que como yo buscan un sentido a la vida. Con cariño. Begoña💐
Un martes cualquiera de julio, de repente, sin esperarlo, me encuentro con tus palabras y doy gracias a la vida por este regalo. Estoy completamente de acuerdo contigo: estamos en esta vida para aprender y todo sirve a ese propósito. A veces la voz interior nos hace olvidarlo, mandándonos mensajes crueles. Pero es así de simple: estamos en una escuela de almas para aprender a amar. Y eso incluye amarme a mí misma. Gracias Begoña. Me hacen mucho bien tus palabras. Con cariño de Clementina.
EliminarClementina, podríamos estar hablando tanto tiempo, con un café delante que nunca se termina, que se enfría y es testigo del encuentro de dos almas...
ResponderEliminarPara eso hemos venido, aunque un velo de olvido lo cubra todo. Claro que volverás a recordar y entenderás. Mientras tanto ama sin condiciones. Ama incluso tus miedos y dudas. A los que dejas atrás en tu camino enviales luz y sigue adelante. Trátate con compasión, porque lo que hiciste en cada momento es lo mejor que podías hacer en aquel momento. Y sigue, porque la vida es un regalo para crecer y agradecer. Envia luz y amor a aquellas personas que pasaron por tu vida, fue por algo.
Todo lo que te escribo es lo mismo que cada segundo de mi vida intento aplicar. Gracias por tu luz encendida, el mundo necesita faros ahora mismo. Saangani
Querida Sangani: sabias son tus palabras. Tienes razón en que de nada sirve reprocharse a uno mismo lo ocurrido en el pasado. Todos somos un bizcocho en el horno, estamos cocinándonos, así que no pretendamos actuar con "perfección" en cada momento. Como dices, es en esos momentos en los que surge el reproche a mí misma cuando más me debo amar. Solo siguiendo el camino de luz y amor podremos avanzar. Lo contrario es dejarse enredar por la mente. Gracias por tus palabras. El café nos espera.
Eliminar