La tensión de los opuestos

 -¿Te he hablado de la tensión de los opuestos?- me pregunta.

-¿La tensión de los opuestos?

- La vida es una serie de tirones hacia atrás y hacia adelante. Quieres hacer una cosa pero estás obligado a hacer otra diferente. Algo te hace daño, pero tú sabes que no debería hacértelo. Das por supuestas ciertas cosas, aunque sabes que no deberías dar nada por supuesto.

Es una tensión de opuestos, como una goma elástica estirada. La mayoría de nosotros vive en un punto intermedio.

- Algo parecido a un combate de lucha libre-le digo.

- Un combate de lucha libre-dice, riéndose- Sí: la vida podría describirse así.

-¿Qué bando gana, entonces?-le pregunto.

-¿Que qué bando gana?

Me sonríe, con sus ojos llenos de arrugas, con sus dientes torcidos.

-Gana el amor. El amor gana siempre.

Martes con mi viejo profesor. Mith Albom.



Foto de Gantas Vaičiulėnas: https://www.pexels.com

Vivimos en una continua lucha con nosotros mismos pues dentro de nosotros no solo hay un personaje, sino varios, y la mayoría de las veces no están de acuerdo entre ellos. De esto nos damos cuenta desde que somos pequeños. Qué ganas tengo de ver la tele pero... debo estudiar. Me ha secuestrado la ira y... ahora me arrepiento. Cómo me gustaría dejar de trabajar y poder por fin ser libre pero... eso me dejaría sin cimientos. No es tan solo un combate entre la razón y el corazón, ni entre el deber y el placer. No es tan fácil. Es un combate entre dos o más partes de nosotros mismos que son igualmente importantes. Es un combate entre dos o más personajes que tienen distintos valores, objetivos y deseos. Y todo eso soy yo. Y todo eso eres tú.

Nos hemos creído las polaridades que nos han inculcado las películas, los profesores, la sociedad. O eres bueno, o eres malo. O eres generoso, o eres egoísta. O eres un gran profesional, o eres un desastre. O eres buena madre, o eres la peor. Y pasamos la vida como en un balancín que siempre está en movimiento, sin existir para nosotros el punto intermedio. Ahora estoy arriba, ahora estoy abajo. Si os fijáis, en general son los demás con sus palabras y actos los que nos hacen sentir así, porque hacemos nuestras sus opiniones. Las validamos como verdades absolutas y nos colocamos la etiqueta correspondiente, como su fuéramos un producto del supermercado. 

Toda lucha desgasta. Lo vemos en las guerras entre países. Las bombas arrasan los edificios y los cuerpos y todo queda devastado. Cuando estoy en guerra conmigo misma, también siento como si mi interior se derrumbara y por eso, me quedo sin energía. ¿Entonces qué? ¿Cuál es la medicina? La única, como dice el viejo profesor, es el Amor. 

💓Amor es abrazar a todos tus personajes internos, pues todos son igualmente válidos. Solo tienes que acercarte a ellos y entender sus motivos. Como cuando tienes varios hijos y das tu cariño a todos, no solo a uno. 

💓Amor es, una vez los entiendes, procurar que todos lleguen a un acuerdo para que suene por fin tu encantadora melodía. Y eso solo puedes hacerlo tú, que eres el director de la orquesta.

💓Amor es parar el balancín de la vida, de vez en cuando, para permanecer en el medio, tranquilamente, sin considerarte ni un dios ni un gusano. Creerte un sencillo ser humano que intenta hacer las cosas lo mejor posible. 

💓Amor es detener un rato tu guerra interna para observar, escuchar, tocar y oler lo que tienes delante, que seguramente no esté mañana. 

💓Amor es aceptar, aceptarte como la contradicción que eres. 

💓Amor es darte cuenta de que, en el fondo, la lucha es un invento de tu mente para mantenerte distraído de lo que de verdad es importante. Y por lo tanto, no hay bandos ni opuestos. Y por lo tanto, solo existe una cosa. Y, si navegas hasta el fondo de tu alma, sabrás cuál es. 





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